Es un procedimiento que permite la valoración de la atención a nivel de la actividad cerebral.
Se trata de uno de los potenciales más utilizados para estudiar las funciones cognitivas y atencionales, ya que pone de manifiesto procesos cognitivos como la capacidad de análisis, valoración y discriminación de estímulos mediante la aplicación de protocolos. Esto permite medir la actividad neuronal inducida por la tarea antes de que se vislumbre la respuesta final.
Indicaciones:
- Deterioro cognitivo (pérdida de memoria, alteraciones de la orientación, cálculo, reconocimiento de objetos, etc.).
- Cuando se busca distinguir si es de causa orgánica (enfermedad de Alzheimer u otras demencias) o secundaria a un estado de depresión, sobre todo en el anciano.
- Demencia.
- Traumatismo cráneo encefálico (TEC).
- Transtorno por déficit de atención e hiperactividad.
- Esquizofrenia.
- Alteraciones psicosomáticas.
- Seguimiento de la evolución de los diversos tipos de demencia.
- Evaluación de la eficacia del tratamiento de los diversos tipos de demencia.